“Se los suplico, hagan algo,
aprendan un paso de baile, una
danza,
algo que los justifique,
que les de derecho
a estar vestidos con su piel y su
pelo,
aprendan a caminar y a reír,
porque sería demasiado tonto, al final,
que tantos hayan muerto
y que ustedes vivan sin hacer nada con su vida.
aprendan a caminar y a reír,
porque sería demasiado tonto, al final,
que tantos hayan muerto
y que ustedes vivan sin hacer nada con su vida.
Oh, ustedes que saben
¿Sabían que el hambre hace brillar
los ojos
y la sed los oscurece?
Oh, ustedes que saben
¿Sabían que uno puede ver a su madre
muerta
y permanecer sin lágrimas?
Oh, ustedes que saben
¿Sabían que en la mañana uno quiere
morir
y en la tarde uno tiene miedo a la
muerte?
Oh, ustedes que saben
¿Sabían que las piernas son más
vulnerables que los ojos, los nervios más duros que los huesos,
el corazón más sólido que el acero;
sabían que las piedras del camino no
lloran,
que no sólo hay una palabra para el
espanto,
una palabra para la angustia,
¿Sabían que el sufrimiento no tiene
límite,
el horror no tiene frontera?
¿Lo sabían?
ustedes, que saben”
Charlotte Delbo
Escritora francesa.
Superviviente del Campo de
Concentración de Auschwitz.
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