sábado, 29 de septiembre de 2018

El último Pacto

No hay texto alternativo automático disponible.

Víctor Manuel III, Penúltimo Rey de Italia, entregó el Gobierno de la Nación a Benito Mussolini en 1922. Ante el avance del fascismo, el monarca prefirió mantenerse en connivencia con el nuevo poder, aunque ello supuso convertirse en un Rey títere. 

Con el posterior avance de las potencias aliadas durante la II Guerra Mundial, Víctor Manuel intentó recuperar la credibilidad alineándose con las futuras vencedoras. Pero la huida de la Familia Real de Roma a Bari terminó de minar la escasa solidez de La Corona, que se debatía entre el apoyo abierto dado al fascismo y su desesperado interés por asegurarse una alianza con los vencedores, precario equilibrio que se reveló imposible; Un juego de conveniencias donde la Monarquía transmitió una imagen nada favorecedora, en la que prevalecía la supervivencia de la dinastía de Saboya por encima de los intereses del país. Las fricciones entre la Monarquía y el Gobierno de Mussolini sumió a Italia en una guerra civil, que se sumaba a la Guerra europea. 

Las convulsiones internas italianas acabarían con los dos poderes, pues Mussolini caería ajusticiado en 1945; y a La Corona le llegó su hora un año después, abdicando Víctor Manuel III en su hijo Humberto en lo que fue un último intento de regeneración. Pero el Reino de Italia optó en un plebiscito por convertirse en la República Italiana, cuando Humberto II solo llevaba un mes escaso sentado en el Trono.

El Fin de la Sangre.


el 17 de Julio se cumplen cien años del fusilamiento de la Familia Imperial Rusa. Un convulso hecho revolucionario ocultado por el Régimen Soviético durante décadas.

La Revolución llegó a Rusia como un manto extendido sobre una nación hambrienta y exhausta tras múltiples fracasos bélicos, primero ante Japón y después durante la Primera Guerra Mundial. El Zar Nicolás II se vio obligado a crear una Duma (Asamblea), cuyo poder quiso controlar. Pero los soviets (asambleas de obreros en las ciudades) acabaron por revelarse como el verdadero poder emergente y el 17/3/1917 Nicolás II, Emperador y Autócrata de todas las Rusias, abdicó. Con Él acababan 300 años de dinastía Romanov en el Trono Ruso.

La imagen puede contener: 7 personas, personas sentadas, niños e interior


El problema ahora era qué hacer con la Familia Imperial. Eran un estorbo, un dolor de cabeza para los soviets que, además, estaban inmersos en una guerra civil contrarrevolucionaria: Los rusos blancos se enfrentaban a los rusos rojos para restablecer el orden precedente. Ante semejante tesitura, el Zar y su familia eran un símbolo del Antiguo Régimen. Un peligro latente. Si los Rusos Blancos lograban rescatarles podrían restaurar el Zarismo. Se tomó una decisión drástica e irreversible.

En julio de 1918 la Familia Imperial se encontraba recluida en la Casa Ipatiev (una residencia incautada por los soviets a un mercader con dicho apellido), en Ekaterimburgo, totalmente incomunicada y aislada. Sería apodada “La Casa Del Propósito Especial”. Les acompañaban en su cautiverio un pequeño grupo de ayudantes de confianza, que les atendía en sus tareas cotidianas; y un nutrido contingente de guardias que se aseguraban de que el aislamiento era total, y que no recibían información del exterior. El encargado de su custodio era Yakov Yurovski, un acérrimo anti zarista y pro soviets.

La madrugada del 17 de Julio la familia dormía. Fueron despertados de repente, y conducidos al sótano con la excusa de que una batalla en las proximidades entre rusos blancos y rojos podía afectar a la casa, por lo que debían bajar por su propia seguridad. Las cuatro hermanas (Olga, Maria, Tatiana y Anastasia), su padre Nicolás, su madre Alejandra y, por último, el pequeño y valioso Alexei: el zarévich; El heredero. También el personal de servicio fue conducido a una pequeña habitación del sótano. Allí los agolparon y mantuvieron unos instantes, mientras en las inmediaciones de la casa descargaba un camión lleno de guardias armados.

Yurovsky condujo al pelotón de fusilamiento escaleras abajo y entraron en la habitación en mitad de un ambiente de pánico y confusión. Leyó una escueta sentencia de muerte para Nicolás, ante la estupefacción de toda la familia. Y sin mediar más palabra, comenzó la masacre. Las hermanas lograron salvarse de la primera ráfaga de balas, pues sus corsés estaban empedrados en joyas que les protegieron. Nicolás murió al instante, al igual que el Heredero, el pequeño Alexei. La Zarina, Alejandra, no paraba de gritar, y los soldados empezaron a asestar bayonetazos. Tras unos minutos, la familia al completo yacía en el suelo cosida a tiros y puñaladas. Una de las hermanas se hizo la muerta, pero los soldados se cercioraron de las muertes uno a uno y la remataron al darse cuenta.

La dinastía Romanov fue extirpada de un plumazo, como una planta arrancada con todas sus raíces.


Imagen relacionada


Tras la masacre los cuerpos fueron desfigurados para evitar que fueran reconocidos, y ocultados en un bosque cercano. Durante décadas el Régimen Soviético hizo mutis sobre el tema, dejando que una mezcla de misterio e indiferencia se cerniese sobre el asunto, y prohibiendo hablar de el. Incluso hubo farsantes que durante esas décadas se intitularon hijas del Zar, alegando que escaparon en el último momento de la masacre gracias a la ayuda de un guardia anónimo. Pero la verdad, igual que la apertura a Occidente, vino con la caída y desintegración de la URSS.

Nicolás II y su familia acabarían siendo canonizados como mártires por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el año 2000. Sus asesinatos siguen conmoviendo cien años después. El retrato de una Familia autócrata en mitad de un país paupérrimo, totalmente alejados de su pueblo, e incapaz de ver una realidad que, cuando se reveló, lo hizo demasiado tarde para todos ellos. Los Romanov permanecen en los posos del imaginario colectivo como la máxima expresión del lujo en mitad de la escasez (con permiso de Maria Antonieta); Una burbuja de abundancia en un país que solo conocía pobreza. Y pese a esa línea invisible pero infranqueable que les separaba, eran solo una familia. Con unos niños que no eligieron ni decidieron nacer en aquella cuna.

Resultado de imagen de romanov family

Ustedes, qué saben


“Se los suplico, hagan algo,
aprendan un paso de baile, una danza,
algo que los justifique,
que les de derecho
a estar vestidos con su piel y su pelo,
aprendan a caminar y a reír,
porque sería demasiado tonto, al final,
que tantos hayan muerto
y que ustedes vivan sin hacer nada con su vida.



Oh, ustedes que saben
¿Sabían que el hambre hace brillar los ojos
y la sed los oscurece?

Oh, ustedes que saben
¿Sabían que uno puede ver a su madre muerta
y permanecer sin lágrimas?

Oh, ustedes que saben
¿Sabían que en la mañana uno quiere morir
y en la tarde uno tiene miedo a la muerte?

Oh, ustedes que saben
¿Sabían que las piernas son más vulnerables que los ojos, los nervios más duros que los huesos,
el corazón más sólido que el acero;
sabían que las piedras del camino no lloran,
que no sólo hay una palabra para el espanto,
una palabra para la angustia,
¿Sabían que el sufrimiento no tiene límite,
el horror no tiene frontera?


¿Lo sabían?
ustedes, que saben”


Resultado de imagen de charlotte delbo
Charlotte Delbo
Escritora francesa.
Superviviente del Campo de Concentración de Auschwitz.


La de Los Tristes Destinos

Un 29 de septiembre moría Fernando VII. El monarca que conspiró contra sus padres, restauró el absolutismo y derogó la Constitución de Cádiz, La Pepa.

Dejaba en el trono a una niña que aún no había cumplido 3 años. Para hacerlo posible se valió de la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica (permitiendo así reinar a la mujer). Comenzaba tal día como hoy el reinado de Isabel II de España, “La de los Tristes Destinos”.

Corría el año 1833. La población española acogió inicialmente con cariño a una niña en la que depositó todas sus esperanzas. El camino se torció rápidamente. Su tío el infante Carlos no aceptó la entronización de la Reina Niña y se desató una Guerra Civil, la Primera Guerra Carlista o Primera Guerra Civil Española, entre los partidarios de Carlos y los de Isabel. Mientras tanto el Gobierno quedó bajo el control de la Regencia de la Reina Madre, Maria Cristina.

Resultado de imagen de isabel ii de españa

La Guerra se dilató 7 años, hasta 1840, destacando el General Espartero en la defensa de los derechos de la Reina Niña, lo que le valió el control de la Regencia hasta 1843, año en el que se decidió adelantar la mayoría de edad de Isabel para que comenzase su reinado propiamente dicho. Así, con 13 años, Isabel II fue declarada mayor de edad, juró la Constitución ante las Cortes y se dispuso a asumir personalmente La Corona.

Pero una mujer en un trono era visto con suspicacias, y las maniobras políticas y diplomáticas acuciaban la búsqueda de un matrimonio. Encontrarle marido a una Reina soltera era un asunto de Estado y las protestas de Isabel poco importaban. Las potencias europeas mantenían la lupa sobre Madrid, pues reaccionarían ante un enlace que supusiera el fortalecimiento español. Por ello finalmente el elegido fue Francisco de Asís y Borbón, Duque de Cádiz: un hombre sin elevados intereses políticos y mucho menos militares. Las potencias europeas respiraron aliviadas. Isabel, no.

Su reinado se caracterizó por intentos de modernización del país (con resultado desigual); corrupción; manipulación política e intrigas; intentos de erradicar el analfabetismo generalizado e industrialización tenue e irregular. Pero las continuas fricciones entre La Corona y el Gobierno acabarían desembocando en la Revolución de 1868: la Revolución Gloriosa.

Con el estallido de la Revolución, Isabel II abandonó todo intento de encauzar la monarquía en el marco institucional español y optó por el exilio. Cruzó los Pirineos y marchó a Francia, donde vivió el resto de su vida hasta su muerte. En el momento que abandonó toda pretensión monárquica dejó también de fingir la unión matrimonial con Francisco, pues su matrimonio fue una pantomima. La Pareja Real hizo vida independiente en cuanto cruzaron los Pirineos.

Desde Francia observó los avatares que sacudían a España (reinado fugaz de Amadeo de Saboya; I República Española) y cedió todos sus derechos dinásticos y sucesorios a su hijo Alfonso. El destino querría que la Casa de Borbón fuese llamada a reinar de nuevo en 1874, cuando Alfonso declaró, mediante el Manifiesto de Standhurst, que si recuperaba el Trono Español respetaría los límites de una Monarquia Parlamentaria, rechazando el absolutismo. Poco después sería recibido como Alfonso XII. Es el Bisabuelo de Juan Carlos I y Tatarabuelo del actual Felipe VI.

Resultado de imagen de isabel ii de españa

Isabel II, la niña de Los Tristes Destinos, murió en 1904 en un país que no era el suyo. Su cadáver fue repatriado y sepultado en el Monasterio del Escorial, frente a los de un marido títere que no soportaba, fallecido dos años antes que ella.

En la Historia, así es la vida de las mujeres en general y de las Reinas en particular. Difícil y azarosa. Sin ser auténticas dueñas de su vida, sujetas a causas que están por encima de sus deseos y decisiones. En tal sentido, parte del fracaso de Isabel como Reina de España se debió a su reticencia a doblegarse a las imposiciones políticas y diplomáticas. La Historiografía a menudo ha tratado duramente a un personaje que, independientemente de su posición, solo fue una niña obligada a convertirse en mujer a marchas forzadas. Y no en cualquier mujer, sino nada más y nada menos que en una Reina.